MENSAJE PARA EL SEÑOR JESÚS
Querido... bueno... estimado Señor Jesús:
En esta Navidad nacenos de otro modo,
Venimos más modestamente, de entrecasa.
No lo digo por lo del pesebre y la fábula,
Sino por tu pretensión ulterior, la que divide.
Permitinos que tus padres sean los naturales
(Después de todo, la Naturaleza es implacable).
Dejanos que ellos tosan, que vayan al mercado,
Que te hayan concebido en relación sexual.
Que se hayan alegrado por la esperada noticia.
Que hayas sido parido con sudor y dolor.
Te queremos gente como uno (no Superman) Jesús.
Cuando reinás eterno, etéreo, heterohumano,
Redentor, fin, origen, Mesías-Cristo-Ungido,
Te apartás demasiado, ocultas tu dispepsia.
Te intuimos en imperios de luz y eternidad
Y te pierdes pueblitos con las casitas bajas.
Nunca nos preguntaste si te pretendíamos Dios.
Lo de Caifás no cuenta, me refiero a nosotros.
Disculpá si no tuve presente tus prodigios,
Los llamados milagros que no cambian las cosas.
En verdad, bastaría con que fueras buen tipo.
Que hayas ido a la Cruz por fiel a tus principios,
Sabedor que la tuya es una más entre tantas
Cruces que Jesuses Anónimos soportan.
Y ellos no son Dioses ni tampoco pretenden
Redimir a ninguno de nosotros mortales
Perdidos, sin remedio, en el juego sin rumbo
De nuestro tole-tole, el misterio, la vida.
Saludame a tu gente y venite sencillito.
Y, si hay circo montado, entrá por la otra puerta.
Ósculos y abrazos
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