Están los dos mundos dormidos, están durmiendo ahora.
Un enmudecimiento los domina en una especie de solemnidad.
El yo y la tierra: tus pensamientos, tus sentimientos,
tus creencias y descreencias, toda tu peculiar trama;
la rojez de tus rojizos castaños,
el discurrir del río, el discurrir amodorrado del río MR.
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Ese momento en que no estás sola
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