Fuerte y suave suena el viento, es como si se moviera en el chispeante fuego ... la habitación se oscurece siguiendo un sordo suspiro y ... siento arder mi sangre y ... alborozarse mi alma.
En la tempestad escucho la voz del Amor ... y de la muerte.
Suena en lo alto el amor con sus notas, suaves, dulces, como nacidas en los prados de Abril ... o en verdes laderas.
Pero el viento del bosque ... prefiere el lema de la muerte.
Para deleitarme haré pasadores para mi pelo y juguetes, como canciones de pájaros en la mañana, brillantes como las entrellas de la noche.
Levantaré un palacio para nosotros de días verdes como los bosques ... y azules como el mar, prepararé mi comida, tu arreglarás tu cuarto ...
Donde fluye blanco el río y brillante ondea la retama, lavaré mis enaguas y mantendré mi cuerpo limpio, con la lluvia de la mañana ... y el rocío de la noche.
Y tendremos por música, cuando nadie esté cerca, una hermosa canción que cantar, que sólo admiras tú.
... la del ancho camino que avanza ... y el fuego del sendero.
Mis pasos recorrerán el florido sendero, los grandes bosques me envolverán, el claro amanecer y la purpúrea tarde dulcemente recorrerá, día tras día, noche tras noche, la luz del amor que está contigo ... y en su eterno peregrinar hasta la solitaria estrella del hombre ... hasta sus yernos territorios ... hasta la azul firmeza de la muerte ... no carecerá mi vida de la luz de tu amor.
Y tocarán mis manos tus manos amorosas, día tras día, mientras mi alma aliente ... día tras día, hasta mi último instante.
Poseeré una amiga perfecta ... esta buena esperanza.
De su corazón serán mi risa y mis lágrimas ... y sus bondadosos ojos me acompañarán hasta el fín.
La primera canción de los mirlos embriaga mi corazón, un placer fresco inunda y atraviesa mi pecho ... y da la paz a cada nervio.
Se estremece mi pecho calladamente, mi corazón despierta fresco, como cuando una zarza movida por el viento, hace rodar una piedra hasta un lago.
Al verte, al contemplarte, mi corazón late emocionado ... y tan fuertemente ... como cuando el oscuro lago aún más se oscurece ... y fuertes ráfagas rizan sus aguas.
Leer Temo ... que hasta el tacto de mi mano te disuelva en El blog de María