Si fueras tierra ... qué prodigio amarte desde tu entraña abierta a mi simiente.
Si fueras aire ... iría en el relente capaz de herirte a besos y asfixiarte.
Si fueras mar ... qué gozo navegarte desnuda toda en olas sin rompiente.
Si fueras fuego ... por tu piel ardiente mis caricias sabrían avivarte.
Tierra, aire, mar y fuego ... greografía de umbrosa realidad, extraño sueño en el que te apareces y me nombras.
Desde tanta inconstancia, ajena y mía, te tengo menos cuanto más me empeño ... hermosamente cierta entre las sombras.
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